El valor económico, como uno de los valores a considerar en toda obra de arte o bien cultural, es el punto de partida de este artículo que comienza por esclarecer la diferencia entre precio y valor, fundamental para adentrarse en la comprensión de toda tasación artística y del mercado del arte en general. De la misma manera que también es necesario conocer las diferencias entre el denominado mercado primario y mercado secundario. La tasación implica tener en cuenta numerosos aspectos: unos vinculados directamente a la pieza, como son su autoría o clasificación, así como su calidad, rareza, material, técnica de ejecución, medidas y estado de conservación en el que se encuentra; y otros que podríamos considerar aspectos externos a toda obra pero que, de la misma manera, son fundamentales para el establecimiento de su valoración como: la documentación que aporta, las medidas proteccionistas de las administraciones y, por encima de todas ellas, las tendencia o gustos del momento. El establecimiento de un valor conlleva, por tanto, conocer el campo al que pertenece la obra a tasar, fundamental para establecer su catalogación, pero, a la vez, ser conocedor del mercado del arte y saber hacia dónde se orienta. En este sentido el artículo nos lleva a conocer cuáles son las tendencias del mercado del arte en estos años y su influencia en la cotización de las obras; en especial, el papel que el arte Contemporáneo está desempeñando en las últimas décadas.